Una pequeña descripción

El grupo de Espeleologia de Getafe se creo en el año 1989. Desde entonces seguimos reuniéndonos en un local del ayuntamiento situado en la C/Titulcia nº 12 bajo, todos los miércoles a partir de las 21:00 horas, te esperamos, ya que aún nos queda cuerda para rato.

sábado, 28 de enero de 2017

VISITA A COVENTOSA
ARREDONDO 
CANTABRIA



Actividad: Visita a la cueva de Coventosa
Fecha: 27, 28 y 29 de Enero de 2017
Lugar: Arredondo (Cantabria)
Asistentes: Elena, Nacho, Mario, Emilio, Vanessa, Yolanda y Bure (antiguo socio del club)

Breve descripción:
Comenzamos la actividad en torno a las 11 h de la mañana, tras una pequeña aproximación desde Arredondo y Socueva. Aunque en previsión de un posible caudal alto del agua se habían pedido permisos de entrada a varias cavidades, finalmente nos decidimos por esta que era la que desde un principio teníamos prevista. Todos los participantes habíamos entrado con anterioridad.


Dejamos a la izquierda la sala de los fantasmas, y continuamos nuestro camino rumbo a los lagos, con el propósito de llegar hasta la sala de las excéntricas. Algunos pasamanos presentan la camisa bastante dañada, pero aún así estimamos se pueden utilizar, así que seguimos hacia delante.


Tras unas tres horas de recorrido, llegamos a la zona donde para continuar a pie es necesario mojarse. Así que todos decidimos atravesar esta parte por los pasamanos, y de esta forma posponer el tedioso momento de cambiar nuestros monos por neoprenos. Una vez llegamos a los lagos, hacemos una pequeña parada para comer, y nos despedimos de Elena y Nacho, que dado que no van a continuar, muy generosamente se ofrecen a ir al pueblo a comprar e ir preparando la barbacoa para todos. (Súper detallazo…)


 Mario saca sus botellitas mágicas y las comparte con todo el grupo. Esto nos aporta un chute extra de energía que nos viene fenomenal de cara al cambio de temperatura cuando a continuación entramos en los lagos (Ahora sí, ya no hay otra opción que seguir por el medio acuático).


Sacamos los elementos de flotación que llevamos: chaleco, churro hinchable, y la barcaza de Emilio en la que cargamos las sacas y nos agarramos mientras él se presta a remar. El agua, aunque fresca al principio, en seguida nos hace sentir cómodos y en un entorno inmejorable. Vanessa es la encargada de, a través de unos movimientos extraños de cabeza según ella necesarios para no quemar las fotos, y que aún no hemos conseguido descifrar, ir haciendo la memoria gráfica que podéis ver debajo.

Una vez atravesados los tres lagos toca la pesada tarea de quitarse de nuevo los neoprenos, ponernos la ropa seca y continuar nuestro camino con el objetivo de llegar hasta la sala de las excéntricas siguiendo la topografía de Emilio. Según los cálculos, nos quedan entre 2 y 3 horas de camino.

Atravesamos la sala arcillosa en la que, haciendo honor a su nombre, es complicado caminar porque los pies se hunden constantemente en el barro, amén de que es totalmente resbaladiza y más que probable darse algún que otro culetazo.

Llegamos a un pasamanos en V con el río debajo; Mario y Emilio lo atraviesan sin problemas; Vanessa hace gala de sus habilidades en patinaje artístico y consigue subir también sin apenas mojarse. Yolanda establece una titánica lucha con la cuerda durante 20 minutos, para finalmente optar por meterse en el río (Con la ropa seca, por supuesto), y escalar la piedra para acceder al siguiente nivel. Benditas botellas mágicas de Mario: tres horas después continúan haciendo efecto…. J

Llegamos a un punto en el que toca explorar, puesto que no tenemos claro dónde está exactamente la sala de las excéntricas. Se encargan Vanessa y Mario, pero no terminamos de dar con ella, y teniendo en cuenta la hora que es, decidimos emprender el camino de regreso. Sin apenas contratiempos, las horas pasan sin apenas darnos cuenta.

De nuevo la sala arcillosa, esta vez más complicado porque una parte es rampa de subida y los pies resbalan por la pendiente, pero nos ponemos manos a la obra y la pasamos sin mayor dificultad.


Toca otra vez cruzar los lagos, y de nuevo quitarnos la ropa para ponernos neoprenos, mojados esta vez, y volver a lanzarnos al agua. Vanessa nos hace echarnos unas buenas risas cuando, después de quitarse la ropa seca y en un lapsus, se la vuelve a poner de nuevo dispuesta a lanzarse al agua.  Tremendo el instante, casi morimos del ataque de risa.

Subsanado el pequeño despiste, cruzamos nuevamente los lagos. Debido quizás al cansancio, esta vez el agua parece estar mucho más fría que cuando entramos a la ida. Aprovechando los neoprenos, cruzamos por el río las partes que antes habíamos atravesado en altura. En movimiento conservamos el calor corporal y disfrutamos de la tremenda belleza que encierra esta parte de la cueva.

La última parte transcurre tranquila; ya un poco cansados y notando el efecto de los trajes mojados y las cuerdas en nuestras sacas, y muy satisfechos de haber compartido juntos la actividad, llegamos a la boca de la cueva ya pasada la medianoche.

El domingo es día de recoger trastos y emprender el regreso a Madrid, deseando que muy pronto podamos repetir juntos experiencia en nuestras queridas cuevas J

Los aventureros coventoseros a la salida

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