Nos reunimos para la ocasión Lucía, Antonio, Gabri, Rua, Bea, Donchu, Eva, Felipe y yo. Eva y Felipe iban directamente en su coche, los demás desde Getafe quedamos repartidos en dos coches, Lucia, Antonio y Donchu en el coche de Lucía y Gabriel, Bea, Rua y yo en la furgoneta de Gabri. Somos los últimos en salir con un poquillo de retraso sobre la hora prevista, el que espera desespera y el que viene no llega, lo típico, jejeje, pero por fin salimos y con ganas de llegar a Cantabria.
Tengo que decir que ya no recordaba que en los coches se podía fumar, tanto tiempo de pandemia y posterior autoconfinamiento…, dar las gracias a mis compañeros de furgo por ser tan considerados y no fumar dentro, eternamente agradecido sabiendo el vicio que teneis, después de unas cuantas paradas para estirar las piernas y de paso pegarse un lingotazo de nicotina los smoking men, llegamos al refugio de Pescadores ya de noche, donde nuestros compañeros nos dan la bienvenida.
El camino se intuye claramente, vamos siguiendo el GPS, pero se nota que el camino ha sido bastante transitado desde el año anterior, es estrechito y resbaladizo por momentos, Bea y yo nos quedamos rezagados, hay varias bifurcaciones que despistan, pero enseguida damos con el camino correcto gracias al GPS y llegamos a un cerro donde nos está esperando el resto del equipo, la peor parte de subida ya la hemos pasado, las vistas…. Vaaya vistas!
¡Seguimos medio llaneando con tendencia a subir y llegamos a la boca de la cueva, ¡PRUEBA SUPERADA! No hemos visto ni una garrapata, la cosa va viento en popa. Hay un árbol enorme caido en el suelo que saldría de la tierra junto a la boca en sus años mozos. Nos ponemos todos los bártulos y nos metemos en las entrañas de la tierra.
Empezamos bajando una rampilla hasta llegar a un pasamanos, Bea y Lucia se encargan de instalar la cuerda para un pozo en rampa de 30 metros
Seguimos progresando hasta llegar a otro pozo, este ya con un poco mas de pendiente, de 20 metros, donde también instalamos la cuerda que llevamos, y a continuación nada mas bajar atravesamos por un pasamanos fijo ascendente. Pasamos por varias salas con techos altísimos y todo tipo de formaciones, una chulada, seguimos y descendemos por una zona con bastante barro bastante resbaladiza, aunque llevábamos una cuerda para bajar, no la ponemos, la vuelta será un poquito mas divertida. Atravesamos el sifon del vent, hay una zona con bastante pendiente descendente con un reguerillo de agua que vamos sorteando, pero con el techo muy cerquita para poder irnos ayudando a bajar.
Tras un rato llegamos a una sala donde se ve y se oye como pasa una corriente de agua entre las rocas que pisamos, a la izda de un remanso por donde entra el rio hay una entrada semioculta por donde es necesario entra gateando, luego se va ensanchando la cavidad y se llegan a las cascadas que estamos oyendo desde la sala donde nos encontramos, para luego volver al punto donde estaba el remanso de agua.
Continuamos subiendo y llegamos a la sala donde terminaron en la anterior salida el año pasado los compañeros que fueron. Para empezar hay una cuerda fija ascendente, a partir de aquí es territorio inexplorado para todos los integrantes del grupo, nos damos cuenta que a media altura la cuerda tiene un nudo. Afortunadamente Donchu se ofrece voluntario para volver a por la cuerda que dejamos sin usar destinada a la bajada desde la sala vivac 1972 creo recordar, al cabo de un ratillo vuelve con la cuerda, de no ser por él mi aventura hubiera acabado aquí, ya que como bien me dice Antonio estoy un poco verde para pasar nudos en bajada. ¡Mil gracias! El primero en subir la instala en paralelo y de esta manera vamos todos subiendo, tenemos para elegir, con o sin nudo.
Seguimos progresando, después de la subida hay un pasamanos y otro tramo final de subida con una salida la mar de estrecha y divertida hasta otro tramo descendente con cuerda fija sin ninguna dificultad.
Yo no digo nada, pero según avanzo voy pensando, pues por el estrechamiento ese que acabamos de pasar hay que volver, ¡ufff telita! Luego la vuelta la hicimos perfectamente cada uno a su estilo, no era para tanto.
Seguimos progresando hasta la sala del lago, aquí dudamos de donde estamos, mientras unos miramos la topo y debatimos, algunos atraviesan el lago por el pasamanos para seguir explorando y Gabri se dirige en sentido contrario hacia la sala Topos para curiosear.
Decidimos por lo que nos dicen los compañeros que se han vuelto de la dirección del lago de arena que como luego la progresión se hace inviable a menos que quiera uno mojarse el culo, que es hora de ir volviendo a ver si podemos bajar hasta los coches con la luz del día, y así lo hacemos. La vuelta vamos haciendo pausas para esperar a los más rezagados, sin ningún incidente salimos de la cueva todavía de día y por tandas vamos bajando hasta la zona de pernocta más o menos por donde habíamos subido, la bajada es mas resbaladiza de lo que yo recordaba pero se hace sin mayor problema.
Una vez en el campamento base cenamos y después sobremesa de historias pasadas a cual más increíble, parece que dan lluvia para el Domingo.
Nos levantamos el Domingo bastante temprano, medio llueve medio deja, desayunamos y decidimos hacer una visita a Potes. Eva y Felipe quieren llegar prontito a casa así que ahí nos separamos, ya habrá días mejores para hacer una ferrata.
Llegamos a Potes, Lucia y compañía nos están esperando en el parking, nos damos una vueltecilla por sus callejuelas porticadas con sus tiendas y nos tomamos algo en una pintoresca taberna sacada de no se qué siglo.
Seguimos viendo el pueblo y paramos en otro bar restaurante un poquito mas moderno, esta vez con baño incluido.
Decidimos volver para los Madriles, el tiempo no acompaña mucho para hacer turismo y quedamos en Cervera de Pisuerga para comer, En el camino hacemos una parada para ver las vistas desde un mirador desde el que se divisa las montañas en la lejanía.
En Cervera nos juntamos en el sevillano para picar algo y aquí ya nos despedimos para volver a Getafe, según nos acercamos decimos adiós a las nubes dando paso a un calorcito bastante agradable.
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