Una pequeña descripción

El grupo de Espeleologia de Getafe se creo en el año 1989. Desde entonces seguimos reuniéndonos en un local del ayuntamiento situado en la C/Titulcia nº 12 bajo, todos los miércoles a partir de las 21:00 horas, te esperamos, ya que aún nos queda cuerda para rato.

sábado, 6 de julio de 2024

Visita a las Simas del Picón (Matienzo - Cantabria)

 SIMAS DEL PICÓN
MATIENZO
Cantabria


Actividad: Espeleología sima del Picón en Matienzo
Localidad: Matienzo
Fecha:  6  y 7 de julio de 2024
Participantes: Antonio, Rúa, Emilio, Ainara, Eva, Felipe, y Bea

Material: Solo necesitamos la cuerda de instalación de la sima de entrada de unos 40 m  y unos mosquetones para los tres o cuatro fraccionamientos, que tiene.

Descripción:

Pues daban un tiempo de pena por el norte y teníamos pensado ir a Cuevallueva que nos habló Nacho de ella, así que con esas marchamos el viernes para Matienzo y dormimos en su ermita al lado del cementerio y sí, con todas las campanadas a su hora durante la noche.

Antes de irnos a dormir valoramos si hacer Cuevallueva o el Picón, pues en Cuevallueva no habíamos entrado antes ninguno y tenía un paso muy estrecho en L que no sabíamos si nos podía fastidiar la aventura. Al final decidimos el Picón que era una apuesta segura y luego si nos daba tiempo ir a la otra.

A la mañana siguiente enfilamos para el Picón, no hacía tan mal tiempo la verdad, y no nos costó dar con ello pues no hacía mucho que habíamos estado en el Mostajo.

Cruzamos el prado en subida (que ya que estaba el pastor le pedimos permiso y nos lo dio de buen grado) y tras una corta subida dimos con el agujero de bajada con un par de chapas en un bloque de piedra enfrentado en el que empezar a instalar el corto pasamanos de bajada. Una vez instalada la bajada por Antonio y Emilio si no recuerdo mal empezamos a bajar y empezaba a llover, de modo que para cuándo quedábamos Rúa y yo nos tocó apretar el culo y Rúa que iba el último se mojó un poco que ya se animó mucho la cosa y caía bien.

La entrada del Picón es junto con la galería de las excéntricas lo más bonito que tiene a mi juicio esta cavidad, pues no es de mucho desarrollo (aunque está comunicada con todo el sistema de Cubija pero esta parte en su zona fácilmente transitable es corta), dicha entrada es una bóveda de grandes dimensiones a la que se accede en lo que se aprecia cuándo estás abajo por uno de los dos agujeros que hay, estando la zona exterior llena de árboles y maleza, resulta mágico.


Una vez abajo y con sendos agujeros sobre nuestras cabezas se contempla desde el suelo lleno de hojarasca de la bóveda y en una amplia rampa pronunciada descendente una enorme grieta oblicua y oscura que se adentra en las profundidades. Esta visión es digna de ilustrar cualquier historia de aventuras a lo Julio Verne.

Se avanza adentrándonos en la cavidad y tras progresar por caos de bloques y galerías sin formaciones se llega pasando por el lado derecho al final de una gran sala a una zona de galerías de dimensiones más humanas y por ahí finalmente damos con la galería de las excéntricas, una locura y profusión de excéntricas en los techos altos de la galería rectilínea y de sección tubular en forma casi de 8 torcido, que se muestran alborotadas, abarrotadas y alocadas ahí arriba a lo ‘horror vacui’ totalmente ajenas a lo que pasa por debajo de ellas; protegidas por la altura de los techos y tan bien conservadas con toda seguridad debido a esto.



Avanzamos un poco más pasada esta galería y bicheamos rincones pero aquí la cueva se acaba, aunque por pasos más fatigosos que requerirían de instalación continúa el sistema.

Damos media vuelta, volvemos a gozarlo en la galería y una vez de nuevo en la gran sala investigamos su paso por la izquierda que tiene continuación evidente y está parece que instalado pero que dejamos para otra ocasión.

Cuando remontamos la rampa de camino al exterior la cueva está rebosante de vida pues el agua que había estado cayendo a nuestra entrada se había colado ya por todos sus rincones y estaba haciendo de las suyas: goteos, regueros, flujos de agua en las coladas… ¡todo un jolgorio! Y es que el agua es vida, y cuando fluye hace su magia y transforma la materia inerte en maravillosas e increíbles formas de diferentes texturas, brillos y colores.

A nuestra salida ya no llovía, Rúa y yo fuimos arrastrando la saca por el pasto para realizar la función ‘autoclean’ de las muy’ que se habían llenado de barro en el último momento y funcionó guay, dejando un rastro cómo de babosas visto desde lejos el prado.

Y ya, pues a celebrarlo, jajaja, nos fuimos a la Gándara a compartir la cena entre todos y tomar unas cerves y un cali, y a dormir.

Al día siguiente Eva; Felipe y Emilio más disciplinados y madrugadores se fueron a disfrutar de la Vía ferrata del Calera y los demás con la calma (que Antonio además se había golpeado las costillas con una piedra en la cueva y aún estaba en proceso de valoración de daños), nos levantamos y desayunamos para reunirnos con ellos más tarde y visitar juntos el refugio de Gibaja, que me pareció un regalo de lugar.

Y de nuevo había que volverse…lástima no nos toque la lotería…

VÍDEO RESUMEN DE LA ACTIVIDAD


No hay comentarios:

Publicar un comentario