Una pequeña descripción

El grupo de Espeleologia de Getafe se creo en el año 1989. Desde entonces seguimos reuniéndonos en un local del ayuntamiento situado en la C/Titulcia nº 12 bajo, todos los miércoles a partir de las 21:00 horas, te esperamos, ya que aún nos queda cuerda para rato.

sábado, 28 de julio de 2018

TRAVESIA RUBICERA - MORTERO DE ASTRANA

ASTRANA Y ASÓN
CANTABRIA

Los intrépidos espeleólgos

Actividad: travesia Rubicera-Mortero de Astrana.
Fecha: 28/07/2018
Lugar: Municipios de Astrana (Mortero de Astrana) y Ason (Rubicera).

Participantes: Rua, Corte y Cristian

Material: cuerda de 70y dos cuerdas de por si acaso de 40 y 55 metros.

Breve descripción: Otra actividad más, y mucho más que entretenida y movidita de lo que parecía.

Salimos sobre las 12:30 de la mañana el viernes hacia Cantabria para estar por allí por la tarde antes de que se fuera la luz, el otro compi ya estaba por allí ubicado, esto nos permitió dejar instalado el Mortero de Astrana para el sábado cuando saliéramos. El mortero tiene instalación en fijo para la travesía pero preferimos montar una cuerda nuestra que no costaba nada y nos parecía más seguro, montamos una cuerda de 70 metros.

En sábado madrugamos bastante y al ser solo tres nos movimos bastante rápido en el tema de los coches, preparativos desayunos, etc…,a las 10:30 ya estábamos empezando a caminar, habíamos comenzado la aproximación, sin ninguna dificultad a pesar de la niebla que al principio parecía más densa pero según íbamos avanzando parece que nos respeta algo más.

Bajamos la canal que nos da acceso a los farallones y a un balcón con unas vistas espectaculares, cualquier resbalón, traspiés o despiste a partir de estos tramos puede causar un contratiempo muy grave. Casi ya llegando a las bocas, en la última bajada, decimos instalar una cuerda para bajar de forma segura. Hay dos anclajes en una piedra que te permite poner la instalación, una chapa se mueve algo pero nada importante, y la cuerda que hay puesta en fijo da muchísima desconfianza y además tiene nudos, yo aconsejo montar cuerda. Después de bajar este resalte vemos la primera boca de Rubicera, la boca norte, y si seguimos caminando a la vuelta veremos la boca sur que es por la que empezaremos nuestra travesía.

Antes de comenzar la travesía bebemos y picamos algo y hacemos algunas instantáneas a las maravillosas vistas que hay. A las 12:30 aproximadamente ya estábamos entrando en la cueva.

La travesía está bastante bien balizada en todo momento, menos mal, porque aun así tuvimos algún despiste que nos retrasó un poco.

Empezamos con una rampita para entrar en calor, tiene escalones tallados en el mismo barro de toda la gente que ha ido pasando, caos de bloques, la sala Rubicera y llegamos al bosque, pasando antes por unas formaciones muy extrañas y sin sentido alguno.

Pasado el bosque nos metemos en el paso de la licuadora, es un resalte de unos 20 metros entre estrecheces caos de bloques algún charco de agua y hasta un bloque de piedra anclado a otro bloque para evitar que caiga.

Pasado este paso hay que seguir muy bien y al pie de la letra la descripción y las balizas, es todo bastante laberintico y puede crear confusiones, y así nos pasó, antes de la sala del balcón no sabíamos por dónde tirar, no veíamos más catadióptricos y la descripción no nos aclaraba nada, entonces después de bichear por varios lugares de la zona, y topo y brújula en mano conseguimos encontrar la continuación siguiendo hacia el noreste, esto nos llevaría aproximadamente unos 40 minutos de pérdida o algo más, a partir de aquí todo correcto y sin problemas, pasamos unos pasamanos a izquierdas que había en fijo instalado en un gran bloque evitando una zona desfondada a derechas, y siguiendo catadióptricos llegamos a una gatera después de la sala del balcón y la sala deslizante, al llegar a la Sala d la Biere vemos en la topo que es la conexión con la Galería de las tetas y el meandro norte, pero nosotros seguimos a lo nuestro, y tiramos hacia delante continuando la travesía, está pasando por la galería del tambor con un suelo hueco que al andar suena de una manera muy peculiar, hay zonas que está bastante rotas y deterioradas.

Pasando un pasamanos para evitar un pozo de 50 que da al río, esto ubicado en la galería del andén, una galería de dimensiones bastante amplias que llega a la sala decrepita. Tomamos un desfondamiento a la derecha y seguimos bajando y pasando una gatera a izquierdas con el suelo de arena llegaremos en breves a un pasamanos que nos deja justo en la cabecera del pozo del chocolate, un pozo de 31 metros que nos deja en el tercer nivel de Rubicera. En la bajada de este pozo hay que tener cuidado con las alhajas súper finas y aparentemente frágiles que hay a mitad del pozo aproximadamente. Aprovechamos para hacer una paradita aquí y reponer algo de fuerzas y continuar.

Seguidamente pasamos por la galería de la plancha, un laminador vertical con el suelo totalmente liso que luego se va abriendo y te permite ir progresando con los pies en el suelo pero muy pegado a la pared.

Ya en la galería de las muelas, gusto al principio, se aprecia un libro, donde la gente suele firmar y escribir los rumbos de hacia donde se dirigen, esta galería esta llenas de bloques afilados y puntiagudos que se salvan de la mejor manera posible y que nos llevan si seguimos rectos, a un caos de bloques que llevan una zona de agua donde no nos debíamos dirigir. Nosotros oímos agua y fuimos como ansiosos hacia ella pero no era el camino correcto, el camino correcto en vez de bajar era girar hacia la izquierda donde hay un gran hito en una pequeña montaña de piedras. En esta zona tuvimos el segundo despiste que resolvimos con menor pérdida de tiempo que el anterior.

Si se baja donde bajamos nosotros se ve que el pequeño rio se pierde por un laminador que es impenetrable, esto es lo que nos hizo retrocede en nuestros pasos.

Ya con la dirección y ruta adecuada llegamos al río Rubicera, al agua patos, menos mal que aquí no nos íbamos a mojar mucho todavía, pero ya llegaría el momento en el río Leolorna.

Siguiendo el curso del Rio Rubicera por un meandro serpenteante y precioso, de las zonas más guapas de la cueva, dejamos el curso activo de río y cogemos la vía real, zona por donde transitaba antiguamente el rio Rubicera por la que legamos al Pozo dela cascada Blanca donde nos volvemos a encontrar otra vez con el río Rubicera que se pierde en forma de cascada en el fondo del pozo de 80 metros.

Este majestuoso pozo lo salvaremos mediante un pasamanos, el pasamanos de la Araña, que pasando una gatera nos dejara en la sala de la espera.

A partir de aquí vamos subiendo pozos y resaltes hasta llegar a la sala de la encrucijada, en la que nos encontramos tras subir un pozo de 15 metros  nuestra izquierda una ventana en el suelo que nos saca al paso del cocodrilo, una pequeña estrechez por la que pasaremos sin ningún tipo de problema, seguimos bajando y subiendo algunos pequeños resaltes hasta llegar a los últimos pozos de bajada que nos permiten la conexión con el Mortero de Astrana.
Habiendo bajado estos pozos y un pequeño resalte de 5 metros para finalizar , llegamos con los pies a las aguas del río Leolorna, aquí si que nos mojaremos bien, y los alérgicos al agua como yo los sufrirán un poquito.

Tiraremos aguas arriba, si seguimos la dirección de la corriente acabamos en el gran pozo del mortero, nada más y nada menos que 178 metros de pozo, por el que se precipita el río Leolorna.
Nosotros todo este tramo de agua y marmita lo pasamos sin problemas por el agua, te mojabas más o menos hasta la cintura y en algunos tramos un poco más, ya en las últimas marmitas que eran más profundas ya hicimos uso de los pasamanos instalados en fijo, si no paras y si sigues avanzando no te quedas frio en ningún momento.

Pasado todas las marmitas más profundas la progresión ya era más fácil y antes de llegar a la sala de la cascada por la que viene el rio Leolorna a mano derecha se ve un aporte de agua que viene de Cuivo, después de todo esto empiezan ya las rampas que nos suben al gran Mortero de Astrana.
Ya habíamos terminado la travesía y ya fuera del Mortero, comenzaba otra pequeña odisea, era de noche y con niebla, no se ve ni a dos metros, a encontrar el coche, después de un ratejo de que es por aquí o por allí o que aquí hay camino y que aquí no…, encontramos el buen sendero y la pista que llegaba hasta el aparcamiento donde teníamos la furgo.

A las 23:40 estábamos ya sanos y salvos quitándonos los equipos y reponiendo líquidos con nuestro zumo de cebada conservado bien fresquito en las neveras.
Una buena cena copiosa amenizada por el Chef corte, que estaba a los fogones y por los pinches Rua y Cristian.

Una travesía muy recomendable y bastante completa.
El domingo de vuelta a casa para intentar no pillar caravana a la vuelta, ya que era día conflictivo.

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