Una pequeña descripción

El grupo de Espeleologia de Getafe se creo en el año 1989. Desde entonces seguimos reuniéndonos en un local del ayuntamiento situado en la C/Titulcia nº 12 bajo, todos los miércoles a partir de las 21:00 horas, te esperamos, ya que aún nos queda cuerda para rato.

sábado, 29 de octubre de 2022

Travesía Ojáncano - Anjana (Cantabria)

 TRAVESÍA OJÁNCANO - ANJANA

SAN ROQUE DE RÍO MIERA
CANTABRIA

Los de la travesía

Actividad: Travesía Ojáncano - Anjana
Lugar: San Roque de Río Miera (Cantabria)
Fecha: 29 de Octubre 2022.
Participantes: Antonio, Rua, Bea, Lucia, Felipe y Eva.

Breve descripción:

Llegamos el viernes por la noche a nuestro destino y dormimos en la ermita del Toral a unos 10 minutos en coche de la entrada a la cueva.

El sábado por la mañana, tras desayunar y recoger todo nos dirigimos hacia la entrada de la cueva, aparcamos en la parada de autobús junto al desvió hacia Mortesante, nos equipamos y entramos alrededor de las 12.00 horas, por una pequeña boca de acceso donde se notaba un buen soplao junto a la carretera.
Nada más empezar encontramos un pasamanos de 2 metros y un rapel de unos 4 metros. Una vez estamos todos abajo, comenzamos la travesía descendiendo a través de un caos de bloques grandes desprendidos hasta encontrar un pasamanos descendente, llegando a un pozo de unos 8 metros que nos conduce a el nivel inferior de la cueva.

Tras hacer un laminador y una gatera ascendente (aquí algunos se acordaron de las rodilleras que no se habían equipado) accedemos a una galería cómoda, amplia y de largo recorrido hasta llegar a un bonito meandro que al atravesarlo y tras llevar una hora de recorrido, realizamos la parada de descanso, hidratación y comer algo que nos aportara energías (triunfaron los conguitos de Antón).

Sin mucha demora, (que sino nos quedábamos fríos), nos pusimos en marcha y aquí empezaba lo divertido y a la vez complicado de la travesía, la parte del río.

Comenzamos con un rapel de 10 metros y al llegar abajo ya empezamos a escuchar fuerte el ruido del agua, por lo que aquí empieza la zona acuática de la cueva. Continuamente atravesamos largos y estrechos cañones con corriente de agua y pequeñas pozas de un metro de profundidad en las que a veces es imposible no mojarse. Avanzábamos abriendo las piernas apoyándolas en ambas paredes para evitar el agua, pero en más de una ocasión con resbalones terminamos metidos en el agua y echándonos unas buenas risas y sino que le pregunten a Rua, que se metió hasta el pecho en una poza.


Una vez acabamos todo el recorrido del rio, atravesamos una galería cómoda para llegar a los últimos pasos de la travesía, primero tocaba arrastrarse a fondo en una gatera angosta con algo de agua y posteriormente enganchar con una gatera ascendente llamada el paritorio, todo bien estrecho en honor a su nombre, llegando a divisar pronto la boca de salida de la cueva.
Según salimos, teníamos el río justo enfrente, perfecto para limpiar todo el material que se encontraba lleno de barro y disfrutar de unas bonitas vistas de la montaña.
Pero aún quedaba un último esfuerzo más, subir una ladera llena de árboles con una pendiente que costó un buen suspiro al terminarla, ya que justo arriba se encontraban los coches aparcados en la parada de autobús. Realizamos la travesía en unas 3 horas aproximadamente, muy divertida y perfecta como nivel de iniciación en espeleología.
Los de la travesía, casi al final del bonito recorrido

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